En una visita al "Amical" del Museo Safran de Villaroche descubrí cuán equivocado estaba. Mi amigo Guy Leclercq de la Regule, consocio mio en la AAMS me contó una historia sobre éstos motores que me dejó perplejo.
Siempre pensé que los aviones de la WWI eran sencillos y fáciles de pilotar. Sin duda el mérito que se les daba a los pilotos creí que eran exagerados, tanto en combate como en su vida pública, (éxito entre las mujeres, admiración de los jóvenes y hombres...etc.). Ahora me retraigo de esa idea.
Resulta que Guy me dice que el pilotaje era muy complejo. Primero: la gran masa del motor girando creaba una "rigidez giroscópica" que hacía difícil cualquier maniobra, o sea, precisaba de más esfuerzo, pero luego y Segundo: la reacción a cualquier maniobra que se mandase con los controles -de los consideranos normales hoy-, tenían una respuesta fuera de la lógica actual.
En los tiempos de mi formación, sobre el tema de los giróscopos, me hablaron de la "Rigidez Giroscópica" y su efecto, como ejemplo teniamos una rueda de bicicleta en un eje que podiamos mover facilmente pero cuando haciamos girar la rueda notábamos una resistencia y se tenía que hacer un esfuerzo mayor. Nos hablaron de las tres "libertades", según las cunas que llevase.
En un giróscopo hay tres planos: el de giro, el de aplicación de la fuerza y el de la respuesta ésta última no deja de ser un fenómeno fuera de toda lógica elemental.
Guy me mostró un artefacto que utiliza para demostrar tal efecto en un motor radial rotativo girando y el resultado de las diferentes fuerzas que aplica el piloto. Como voluntario del Museo Safran (antiguo Snecma) dá éstas explicaciones a visitantes, colegios, etc.
Mr. Guy Leclercq de la Regule
Para visitas más especificas utiliza la fórmula del giróscopo aplicada a los motores rotativos.
Visto lo anterior tenemos que cuando el piloto tiraba hacia atrás de la palanca el avión guiñaba hacia a un lado. Cuando lo inclinaba a un lado el avión subía o picaba. O sea, que el mando debía hacerse combinado de manera que la respuesta fuese la adecuada.
Además en los primeros motores, sin palomilla de mando de gas, su marcha siempre era a fondo y para controlar la velocidad del aterrizaje se cortaba o daba encendido, de ahí las ráfagas durante esta maniobra.
Nota mia: A partir de aquí os dejo un problema a descifrar muy interesante.
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ReF.: (XXIV) RMV / Guy Leclercq / Juan Abellán / Ilustración ENA /
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